you flutter from the sweet navel to the roses.
Why do you? Why not? The naked days
bring red sand ceaselessly shattered
to the pure propellers that inaugurate the day,
and a month goes by with tortoise shell,
a sterile day goes by,
an ox, a corpse goes by,
a woman named Rosalie,
and in the mouth remains only a taste of hair
and of golden tongue nourished on thirst.
Nothing but that human pulp,
nothing but that goblet of roots.
As if in a broken tunnel, at another end, I pursue
flesh and kisses that I must forget unjustly,
and in the waters, on our backs when the mirrors now
enliven the abyss, when fatigue, the sordid clocks
knock at the doors of suburban hotels, and the flower
of painted paper falls, and the velvet shit by
the rats and the bed
a hundred times occupied by wretched couples, when
everything tells me that a day has ended, you and I
have been together knocking bodies down,
building a house that neither endures nor dies,
you and I together have gone down a single river
with linked mouths filled with salt and blood,
you and I have made tremble once again the green lights
and we have asked once more for the great ashes.
I remember only a day
that perhaps was never intended for me,
it was an incessant day,
without origins, Thursday.
I was a man transported by chance
with a woman vaguely found,
we undressed
as if to die or swim or grow old
and we thrust ourselves one inside the other,
she surrounding me like a hole,
I cracking her like one who
strikes a bell,
for she was the sound that wounded me
and the hard dome determined to tremble.
It was a dull business of hair and caverns
and crushing tips of marrow and sweetness
I have reached the great genital wreaths
among stones and submitted subjects.
This is a tale of ports which
one reaches, by chance, and goes up to the hills,
so many things happen.
Enemy, enemy,
is it possible that love has fallen to the dust
and that there is only flesh and bones swiftly adored
while the fire is consumed
and the red-dressed horses gallop into hell?
I want for myself the oats and the lightning
flesh bottomed,
and the devouring petal unfolded in fury,
and the labial heart of the June cherry tree,
and the repose of slow paunches that burn without direction,
but I lack a floor of lime with tears
and a window at which to wait for foam.
That’s the way life is,
you, run among the leaves, a black
autumn has come,
run dressed with a skirt of leaves and a belt
of yellow metal,
while the mist of the station corrodes the stones.
Run with your shoes, with your stockings,
with the distributed gray, with the hollow of the foot, and with
those hands that wild tobacco would adore,
strike staircases, knock down
the black paper that protects doors,
and enter amid the sun and the anger of a day of daggers
to throw yourself like a dove of mourning and snow upon
a body.
It is a single hour long as a vein,
and between the acid and the patience of wrinkled
we pass,
separating the syllables of fear and tenderness,
interminably exterminated.
* * *
*Francisco de Quevedo y Villegas, 15801645, Spanish statesman, poet, and satirist.—D.D.W.
III REUNION BAJO LAS NUEVAS
BANDERAS
Quién ha mentido? El pie de la azucena
roto, insondable, oscurecido, todo
lleno de herida y resplandor oscuro!
Todo, la norma de ola en ola en ola,
el impreciso túmulo del ámbar
y las ásperas gotas de la espiga!
Fundé mi pecho en esto, escuché toda
la sal funesta: de noche
fui a plantar mis raíces:
averigüé lo amargo de la tierra:
todo fue para mí noche o relámpago:
cera secreta cupo en mi cabeza
y derramó cenizas en mis huellas.
Y para quién busqué este pulso frío
sino para una muerte?
Y qué instrumento perdí en las tinieblas
desamparadas, donde nadie me oye?
No,
ya era tiempo, huid,
sombras de sangre,
hielos de estrella, retroceded al paso de los pasos humanos
y alejad de mis pies la negra sombra!
Yo de los hombres tengo la misma mano herida,
yo sostengo la misma copa roja
e igual asombro enfurecido:
un día
palpitante de sueños
humanos, un salvaje
cereal ha llegado
a mi devoradora noche
para que junte mis pasos de lobo
a los pasos del hombre.
Y así reunido,
duramente central, no busco asilo
en los huecos del llanto: muestro
la cepa de la abeja: pan radiante
para el hijo del hombre: en el misterio el azul se prepara
para mirar un trigo lejano de la sangre.
Dónde está tu sitio en la rosa?
En dónde está tu párpado de estrella?
Olvidaste esos dedos de sudor que enloquecen
por alcanzar la arena?
Paz para ti, sol sombrío,
paz para ti, frente ciega,
hay un quemante sitio para ti en los caminos,
hay piedras sin misterio que te miran,
hay silencios de cárcel con una estrella loca,
desnuda, desbocada, contemplando el infierno.
Juntos, frente al sollozo!
Es la hora
alta de tierra y de perfume, mirad este rostro
recién salido de la sal terrible,
mirad esta boca amarga que sonríe,
mirad este nuevo corazón que os saluda
con su flor desbordante, determinada y áurea.
III MEETING UNDER NEW FLAGS
Who has lied? The foot of the lily
broken, inscrutable, darkened, all
filled with wound and dark splendor!
All, the norm from wave to wave to wave,
the imprecise tumulus of the amber
and the harsh drops of the flower!
I based my heart on this, I listened to all
the sorrowful salt: by night
I went to plant my roots.
I discovered the bitterness of the earth:
for me everything was night or lightning flash:
secret wax settled in my head
and scattered ashes in my tracks.
And for whom did I seek this cold pulse if not for a death?
And what instrument did I lose in the forsaken
darkness, where no one hears me?
No,
it was high time, flee,
shadows of blood,
starry ice, retreat at the pace of human steps
and remove from my feet the black shadow!
I have the same wounded hand that men have,
I hold up the same red cup
and an equally furious amazement:
one day
burning with human
&nb
sp; dreams, a wild
oat reached
my devouring night
so that I could join my wolf steps
to the steps of man.
And thus united,
sternly central, I seek no shelter
in the hollows of weeping: I show
the bee’s root: radiant bread
for the son of man: in mystery blue prepares itself
to look at wheat distant from the blood.
Where is your place in the rose?
Where is your starry eyelid?
Did you forget those sweaty fingers mad
to reach the sand?
Peace to you, dark sun,
peace to you, blind brow,
there is a burning place for you in the roads,
there are stones without mystery that look at you,
there are silences of a prison with a mad star,
naked, foulmouthed, contemplating hell.
Together, facing the sobbing!
It is the high
hour of earth and perfume, look at this face
just come from the terrible salt,
look at this bitter mouth that smiles,
look at this new heart that greets you
with its overflowing flower, resolute and golden.
IV ESPAÑA EN EL CORAZÓN
INVOCACIÓN
Para empezar, para sobre la rosa
pura y partida, para sobre el origen
de cielo y aire y tierra, la voluntad de un canto
con explosiones, el deseo
de un canto inmenso, de un metal que recoja
guerra y desnuda sangre.
España, cristal de copa, no diadema,
sí machacada piedra, combatida ternura
de trigo, cuero y animal ardiendo.
BOMBARDEO MALDICIÓN
Mañana, hoy, por tus pasos
un silencio, un asombro de esperanzas
como un aire mayor: una luz, una luna,
luna gastada, luna de mano en mano,
de campana en campana!
Madre natal, puño
de avena endurecida,
planeta
seco y sangriento de los héroes!
Quién?, por caminos, quién,
quién, quién? en sombra, en sangre, quién?
en destello, quién,
quién? Cae
ceniza cae,
hierro
y piedra y muerte y llanto y llamas,
quién, quién, madre mía, quién, adónde?
Patria surcada, juro que en tus cenizas
nacerás como flor de agua perpetua,
juro que de tu boca de sed saldrán al aire
los pétalos del pan, la derramada
espiga inaugurada. Malditos sean,
malditos, malditos los que con hacha y serpiente
llegaron a tu arena terrenal, malditos los
que esperaron este día para abrir la puerta
de la mansion al moro y al bandido:
qué habéis logrado? Traed, traed la lámpara,
ved el suelo empapado, ved el huesito negro
comido por las llamas, la vestidura
de España fusilada.
ESPAÑA POBRE POR CULPA DE LOS RICOS
Malditos los que un día
no miraron, malditos ciegos malditos,
los que no adelantaron a la solemne patria
el pan sino las lágrimas, malditos
uniformes manchados y sotanas
de agrios, hediondos perros de cueva y sepultura.
La pobreza era por España
como caballos llenos de humo,
como piedras caídas del
manantial de la desventura,
tierras cereales sin
abrir, bodegas secretas
de azul y estaño, ovarios, puertas, arcos
cerrados, profundidades
que querían parir, todo estaba guardado
por triangulares guardias con escopeta,
por curas de color de triste rata,
por lacayos del rey de inmenso culo.
España dura, país manzanar y pino,
te prohibían tus vagos señores :
A no sembrar, a no parir las minas,
a no montar las vacas, al ensimismamiento
de las tumbas, a visitar cada año
el monumento de Cristobal el marinero, a relinchar
discursos con macacos venidos de América,
iguales en “posición social” y podredumbre.
No levantéis escuelas, no hagáis crujir la cáscara
terrestre con arados, no llenéis los graneros
de abundancia trigal: rezad, bestias, rezad,
que un dios de culo inmenso como el culo del rey
os espera: “Allí tomaréis sopa, hermanos míos. ”
LA TRADICIÓN
En las noches de España, por los viejos jardines
la tradición, llena de mocos muertos,
chorreando pus y peste se paseaba
con una cola en bruma, fantasmal y fantástica,
vestida de asma y huecos levitones sangrientos,
y su rostro de ojos profundos detenidos
eran verdes babosas comiendo tumba,
y su boca sin muelas mordía cada noche
la espiga sin nacer, el mineral secreto,
y pasaba con su corona de cardos verdes
sembrando vagos huesos de difunto y puñales.
MADRID (1936)
Madrid sola y solemne, Julio te sorprendió con tu alegría
de panal pobre: clara era tu calle,
claro era tu sueño.
Un hipo negro
de generales, una ola
de sotanas rabiosas
rompió entre tus rodillas
sus cenegales aguas, sus ríos de gargajo.
Con los ojos heridos todavía de sueño,
con escopeta y piedras, Madrid, recién herida,
te defendiste. Corrías
por las calles
dejando estelas de tu santa sangre,
reuniendo y llamando con una voz de océano,
con un rostro cambiado para siempre
por la luz de la sangre, como una vengadora
montaña, como una silbante
estrella de cuchillos.
Cuando en los tenebrosos cuarteles, cuando en las sacristías
de la traición entró tu espada ardiendo,
no hubo sino silencio de amanecer, no hubo
sino tu paso de banderas,
y una honorable gota de sangre en tu sonrisa.
EXPLICO ALGUNAS COSAS
Preguntaréis: Y dónde están las lilas?
Y la metafísica cubierta de amapolas?
Y la lluvia que a menudo golpeaba sus palabras llenándolas
de agujeros y pájaros?
Os voy a contar todo lo que me pasa.
Yo vivía en un barrio
de Madrid, con campanas,
con relojes, con árboles.
Desde allí se veía
el rostro seco de Castilla
como un océano de cuero.
Mi casa era llamada
la casa de las flores, porque por todas partes
estallaban geranios: era
una bella casa
con perros y chiquillos.
Raúl, te acuerdas?
Te acuerdas, Rafael?
Federico, te acuerdas
debajo de la tierra,
te acuerdas de mi casa con balcones en donde
la luz dejunio ahogaba flores en tu boca?
Hermano, hermano!
Todo
era grandes voces, sal de mercaderías,
aglomeraciones de pan palpitante,
mercados de mi barrio de Argüelles con su estatua
como un tintero pálido entre las merluzas:
el aceite llegaba a las cucharas,
un profundo latido
de pies y manos llenaba las calles,
metros, litros, esencia
/>
aguda de la vida,
pescados hacinados,
contextura de techos con sol frío en el cual
la flecha se fatiga,
delirante marfil fino de las patatas,
tomates repetidos hasta el mar.
Y una mañana todo estaba ardiendo
y una mañana las hogueras
salían de la tierra
devorando seres,
y desde entonces fuego,
pólvora desde entonces,
y desde entonces sangre.
Bandidos con aviones y con moros,
bandidos con sortijas y duquesas,
bandidos con frailes negros bendiciendo
venían por el cielo a matar niños,
y por las calles la sangre de los niños
corría simplemente, como sangre de niños.
Chacales que el chacal rechazaría,
piedras que el cardo seco mordería escupiendo,
víboras que las víboras odiaran!
Frente a vosotros he visto la sangre
de España levantarse
para ahogaros en una sola ola
de orgullo y de cuchillos!
Generales
traidores:
mirad mi casa muerta,
mirad España rota:
pero de cada casa muerta sale metal ardiendo
en vez de flores,
pero de cada hueco de España
sale España,
pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos,
pero de cada crimen nacen balas
que os hallarán un día el sitio
del corazón.
Preguntaréis por qué su poesia
no nos habla del sueño, de las hojas,
de los grandes volcanes de su país natal?
Venid a ver la sangre por las calles,
venid a ver
la sangre por las calles,
venid a ver la sangre
por las calles!
CANTO A LAS MADRES DE LOS MILICLANOS MUERTOS
No han muerto! Están en medio
de la pólvora,
de pie, como mechas ardiendo.
Sus sombras puras se han unido